Entrevista | María Laborda Escaladora

“Salgo a competir y estoy como en el patio del colegio, sin dejar de lado toda la disciplina y todo el trabajo que he hecho”

María Laborda, con tan solo 20 años, ha logrado ser una de las figuras más destacadas de la escalada de velocidad en España 

María Laborda durante una competición de escalada

María Laborda durante una competición de escalada / ©Leozhukov

Guifré Monclús

María Laborda (Zaragoza, 2004), es una escaladora de velocidad española que empezó a escalar a los tres años, siguiendo los pasos de sus padres. Dos años más tarde ya participaba en competiciones. Actualmente es una de las promesas olímpicas del futuro de la escalada de velocidad. Fue campeona del mundo de escalada de velocidad en edad escolar y, con 16 años, se convirtió en la representante más joven de la selección absoluta. María es la primera española en bajar de los nueve segundos en velocidad y ganó la medalla de plata en el Campeonato de España de 2022. 

Empezaste a escalar siendo todavía una niña... 

Fue gracias a mis padres y ha sido así siempre. Con tres años yo no tenía uso de razón y mis padres hacían todo tipo de deportes, les encantaba ir a la montaña conmigo por ahí. A los cinco años, me decidieron apuntar a las competiciones del rocódromo a nivel regional y destacaba en categorías que eran superiores a las mías. Cuando fui siendo más mayor, con ocho o nueve años, me apuntaron a muchos deportes, yo iba descartando, pues yo he hecho de todo, fútbol, patinaje, ballet, atletismo y escalada. Y al final, pues me quedó elegir entre atletismo y escalada, y me quedé con la escalada. 

¿Qué sensaciones te transmite el hecho de escalar?  

Ahora que estoy lesionada lo valoro muchísimo más, porque estoy que me subo por las paredes. El deporte de la escalada es un deporte muy completo y muy funcional. No es algo tan estático como el gimnasio. Este deporte me lleva a esa niña interior de cuando me encontraba escalando con mis amigos del cole, del pueblo o incluso gente de escalada de diferentes lugares de España.    

Te marcaste el objetivo de conseguir plaza para los Juegos Olímpicos de París, pero es complicado... 

Nada de nada. El año pasado entre 2022 y 2023 entré en el CAR de Sant Cugat, fue un año bastante intenso, pero feliz también. No me adapté, no cumplía las expectativas que tenía, me estanqué y decidí volver. Ese era el año determinante para pasar y descarté completamente la opción. Fue una bofetada muy gorda, pero ahora estoy bien, estoy contenta porque estoy en el camino, tengo fe de que soy joven aún. También estamos pendientes a ver si se puede clasificar algún español en velocidad, hay fe.   

¿Cómo manejas en tu vida personal el equilibrio entre ser un deportista de élite, los desafíos mentales y el esfuerzo que requiere? 

Desde que empecé a competir nacionalmente las competiciones y los entrenos no siempre salen bien o los resultados no son los que esperas. Al final piensas que estás haciendo el deporte de tus sueños y es lo que has hecho desde niña. Yo salgo a competir y estoy como en el patio del colegio, sin dejar de lado toda la disciplina y todo el trabajo que he hecho para poder estar allí y estar en forma. Yo a la gente le digo que tienen que disfrutar del 500% de lo que hacen y eso es así. Si tú haces los entrenos, los tienes que disfrutar, para que al final eso te lleve a largo plazo, seas constante y disfrutes de lo que hagas sin hacerlo por obligación o por los resultados. Yo creo que este es mi camino y mi clave. Pese a que el año pasado fue abrumador todo lo que me ocurrió y lo que no me adapté, luego todo se encaminó y ahora estoy súper contenta y muy feliz. 

¿Cómo compaginas el deporte con los estudios y la vida personal? 

Lo tenía claro desde muy pequeña y hasta día de hoy. Entré en la carrera el año pasado y estoy enamorada, era tal cual lo que imaginaba y lo que quería. Sí que es verdad que, compaginar entrenos, estudios y competición es complicado, te pueden ayudar según la universidad, pero al final es disciplina pura. Tienes que saber organizarte, manejar esos cambios de estrés cuando acabas un examen y volver a centrarte en los entrenamientos. Siempre he sido muy organizada, entonces no he tenido problemas. 

¿Cómo ves la evolución y la práctica de la escalada en España? ¿Crees que hay los suficientes recursos e instalaciones para la práctica de la escalada y todo lo que conlleva? 

Tras los JJ. OO. tuvo algo de bombo. Con Alberto Ginés se dio aún más a viralizar, sobre todo en España. Amigos míos que no tenían ni idea de escalada y lo que sabían era por mí yo les dije: “Veis, ha tenido que ganar un oro para que os deis cuenta de que la escalada existe”. En cuanto a los rocódromos comerciales sí ha tenido más repercusión, pero nosotros los atletas vemos que faltan instalaciones, falta por decir que la escalada es un deporte más. Seguro que en 80 deportes más pasa lo mismo, pero que alguien de Aragón, por ejemplo, se tenga que mover a Madrid o Barcelona para entrenar en fin de semana, eso es muy común y no tendría que normalizarse. Aún queda camino, pero yo creo que estamos en el bueno. 

¿Qué consejos darías a un niño está empezando a hacer escalada? 

Que lo disfruten, que se empapen de este deporte un montón. Yo conservo amistades que he hecho desde pequeña por el deporte. Ir al rocódromo tiene que ser como al patio del colegio, un niño lo que más busca es eso, correr o escalar algo. También influyen las instalaciones que tengas en tu ciudad o pueblo, en mi caso al ser de Eje de los Caballeros, tenía un rocódromo ahí que, pese a no ser Innsbruck he podido ir a clases de escalada desde el colegio hasta en el instituto. Tienen que ver las instalaciones, pero sobre todo que se diviertan, eso es lo esencial.